A grandes rasgos esta ha
sido, en muchos sentidos, una temporada fabulosa y muy positiva para
mí y que creo será difícil de repetir. Por fin (y toco madera)
disfruté de un temporada completa y, dicho sea de paso, algo más
larga de la habitual (de julio-12 a julio-13), en la que no he tenido
lesiones ni problemas de salud más allá de las típicas molestias y
algún que otro catarro.
Eso me permitió seguir una
línea ascendente y correr más carreras que la suma de las dos
anteriores temporadas juntas. Pero, aparte de lo competitivo, lo que
más destaco es lo mucho que me he divertido a lo largo de la
temporada, sobre todo, gracias al compañerismo y el buen rollo que
reina en todos los integrantes del Club Deportivo Pinarium, club
“grande” en este aspecto del que me siento muy orgulloso de
pertenecer, así como de compañeros de otros clubes, como mi buen
amigo Rubén entre otros. Resulta agradable también cuando me
reconocen gracias a este blog y me saludan, a veces, incluso en plena
carrera. Sin todos vosotros las carreras no serían lo mismo y las
marcas no serían más que números.